Desafíos principales: Por qué el mecanizado tradicional no fue suficiente
El proyecto presentó tres desafíos interrelacionados que hicieron que los métodos de fabricación estándar fueran poco prácticos; cada uno de ellos estaba vinculado a las propiedades del material y a la complejidad del diseño:
Desafío 1: El titanio de grado 5 (TC4) es inherentemente difícil de mecanizar
El titanio TC4 presenta una alta resistencia a la tracción (hasta 1034 MPa) y baja conductividad térmica, lo que significa que el calor se acumula rápidamente en la interfaz herramienta-pieza durante el mecanizado. Esto provoca un rápido desgaste de la herramienta, astillamiento de la misma y cortes irregulares, problemas que se agravan al trabajar con formas complejas. Los tornos tradicionales o las máquinas CNC de un solo eje no podían mantener parámetros de corte constantes, lo que provocaba defectos superficiales y errores dimensionales.
Desafío 2: El diseño complejo de tubos huecos exige control multieje
La combinación de tubos huecos, superficies curvas y cortes precisos de la carcasa impedía que un único ángulo de mecanizado pudiera acceder a todas las características. Las máquinas CNC tradicionales de 3 ejes requerían múltiples configuraciones, lo que generaba errores de alineación entre características. Incluso pequeñas desalineaciones (de tan solo 0,03 mm) arruinaban la simetría de la pieza y su ajuste con los componentes internos.
Desafío 3: La estética premium no deja lugar a la imperfección
Como carcasa visible, la pieza necesitaba una superficie impecable, sin marcas de herramientas, rebabas ni decoloración. La tendencia del TC4 a "agarrar" las herramientas de corte (causando desgarros superficiales) y la decoloración inducida por el calor lo convertían en un obstáculo importante. El posprocesamiento tradicional (como el lijado o el pulido) corría el riesgo de alterar las dimensiones, por lo que el acabado debía lograrse durante el mecanizado.